jueves, 20 de mayo de 2010


El Mayo Francés de 1968
El poder de la imaginación

“Locos”, “revoltosos”, “perdidos”, “desordenados”. Son algunos de los calificativos que la elite conservadora utiliza para referirse a los jóvenes revolucionarios que exigen sus derechos y planean cambiar la historia. Los estudiantes franceses del recordado Mayo del ´68 no lograron “dejar de lado los clasismos” ni mucho menos callar las voces rasposas del “viejo mundo”, pero sus gritos, sus grafittis y sus actitudes sentaron las beses de los movimientos más “imaginativos” del siglo XX.

El movimiento conocido como el Mayo Francés se inició en la pequeña universidad de Nanterre donde un grupo de estudiantes organizados se alzaron contra el régimen del presidente De Gaulle. Sus reclamos pronto trascendieron las fronteras de la casa de altos estudios y llegaron a los oídos de los estudiantes de toda Francia, quienes compartieron sus ideales.

“La imaginación al poder”. Era la frase característica de lo jóvenes que tenían la romántica idea de cambiar el mundo. Pero como anticipó el principal referente del movimiento, “Dany el rojo”, para construir una sociedad nueva no alcanzaba con la intelectualidad, hacía falta la fuerza. Por eso los rebeldes unieron fuerzas con la clase trabajadora. Así fue como el 14 de mayo una marcha y un paro de 10 millones de personas paralizó el país.

A raíz de la desorganización del movimiento, de la falta de una iniciativa política concreta y de la traición de los obreros por pactar un acuerdo con De Gaulle, el movimiento fracasó. No se consiguió dar un giro político-económico, pero la cotidianeidad de la vida de la cultura occidental cambió rotundamente y alentó las almas luchadoras de todos los revolucionarios que en los ´70 pusieron en jaque al mundo.

“Hagan el amor, no la guerra”, “Considera que tus sueños son la realidad”. Son las frases del Mayo Francés que en los 70 y 80 podían leerse en los estandartes de miles de jóvenes de sangre caliente que se movilizaron en todo el globo: en Argentina con el “Cordobazo”, en Checoslovaquia con sus días de Primavera, en EE.UU. con el fenómeno del Hipismo y en Chile con Salvador Allende entre otros tantos.

En todo el mundo se vieron jóvenes que quisieron mover su órbita y, como siempre, la elite conservadora hizo lo único que sabe hacer para frenarlos: reprimir, matar, desaparecer y censurar. Pero no pudieron echar atrás lo que entre todos ya habían logrado, como la liberación femenina, el rock y la apertura sexual.

Hoy, frases como “Esperanza no desesperes” o “las barricadas obstruyen las calles pero abren la vida” solo se ven en los nick del msn o en los perfiles de las redes sociales de jóvenes entretenidamente aburridos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario